Carta para ella.

Hola mi vida, quizás te sorprenda que esté haciendo esto, quizás no, no lo se. Pero no me he podido resistir. Puede que me avergüence un poco ser así, que se sienta un poco exagerado de mi parte, pero espero te guste.

No se si sabías pero me gusta escribir a mano con tinta y pluma, se siente más real. La forma en la que realizó un trazo y este se impregna creando las palabras sobre el papel como sellando un hechizo de eternidad. Creo que una carta, solo si está en nuestro deseo, puede cumplir con ese conjuro. Hoy en este momento no tengo esas herramientas a mano y lo lamento demasiado. 

Aunque me guste pensarlo de esa forma tan armoniosa, se me demostró que en esta vida todo es efímero, de un solo momento, un segundo. Y eso me asusta, saber que la continuidad es difícil de obtener, entendiendo de esa forma que hay que disfrutar al máximo todo lo que nos ponen en el camino. 

No es que no me atreva a decir todo esto de frente, mirándote a los ojos y con el cuerpo azotado por un mar de temblores que me recuerdan que estoy viva. Simplemente me apetecía hacerlo de esta manera.
Leí mucho, ¿sabes? busque en miles de autores las palabras justas, que alguien haya sentido lo mismo que yo y me guiará en estas líneas que voy plasmando sobre el papel, ya que el pánico que siento de equivocarme y de no decir lo correcto, lo apropiado, me va consumiendo minuto a minuto. Leí mucho, y no conseguí nada. Me voy a fumar un cigarro, ya vuelvo. 

Te juro que busco mil formas de articular las oraciones para poder darles coherencia, pero me pierdo en mis sentimientos, me enredo entre los hilos que van conectando nuestra historia, aun así los sigo, reviviendo momentos buenos y malos, que porque los malos quizás te preguntas ¿Quién quiere recordar eso, no? A mi me ayuda analizarlos, aprender de ellos y cuando sea necesario dejarlos ir.

Mientras sigo buscándole sentido a todo, me ahogo en mis inseguridades. Se que pueden no verse bien, y se de primera mano que tampoco se sienten bien, ¿Pero sabes que rescato de ellos? Que tengo miedo, que es tan grande lo que siento por vos que me asusta que se termine por no poder cumplir con las expectativas que podes depositar en mí, no estar a la altura de tus ilusiones y deseos, no poder darte aquello que necesitas a tu lado para avanzar acompañada. No podemos controlar lo que el otro piensa y siente, no podemos esperar del otro lo mismo que nosotros haríamos ¡y eso está bien! Somos individuos separados y la única forma de entendernos es hablando de todo lo que buscamos y pensamos. 

Siento que me enredo de nuevo en mis pensamientos mientras escribo y no sé si logro hacerme entender. La ilusión y el miedo son motor de vida, nos hace actuar, nos hace movernos, buscar una solución, un remedio a lo que nos molesta. Y hacía mucho tiempo que no sentía este tipo de miedo, hacia mucho que no quería solucionar mi malestar.

¿Sabes? jamás me deje fluir como ahora, soñar con una vida que ni siquiera imaginé que podría merecer. Siempre me vi sola, siendo el soporte de otres, ayudándoles a cumplir sus metas, me vi quizás llegando lejos e incluso también me visualice derrotada y rindiéndome de una vez por todas. Siempre sola, es una imagen que no puedo sacar de mi cabeza, es como si ya lo hubiera vivido y sé que ese es el final de mi historia. No se si será realmente así, no se si esa es la sentencia de mis errores pasados, de mi karma heredado, pero no quiero seguir teniéndola molestando en mi mente.

 

Le sigo dando vueltas al asunto y nunca llego a lo que quiero decir, me disculpo por ser tan difícil a veces, por ser tan callada, tan tímida y nerviosa. Por no saber qué contar, y muchas veces de que hablar, por mirar la mesa y jugar con mis dedos, buscando en mi mente algo que pueda interesar. 

Me disculpo por quizás demostrar poco las cosas, me asusta equivocarme y hacer algo que no me corresponde, tengo la necesidad de pedir permiso para cada paso que doy porque no estoy segura de nada de lo que nace de mi interior, desconfió de mi misma.

Me enoja sentir, pensar y no actuar, me enoja estar tan asustada constantemente, ya parece costumbre que siempre diga la frase “hace mucho que quería”, te juro que no me excuso detrás de esas palabras, miro atrás y en los momentos más importantes siempre la dije, dejando ver lo insegura que soy y lo que me cuesta expresarme correctamente. 

Se que soy un poco lenta, distraída, estoy tan acostumbrada a estar sola ensimismada en mis sentimientos y pensamientos, que a veces puedo ser irritante, incluso para mi. 

A pesar de mis miedos, de mi boa (ya te voy a contar a que le puse de nombre boa) que me frenan todos los días en cualquier aspecto de mi vida, existe una magia que me hace sentir única, eterna y afortunada. Esa magia esta en saber que me elegís para compartir tu vida, tu familia, sentir sus risas o los abrazos de S. que me curan cada día un poquito más. 

Saber que al elegirme puedo disfrutar de cosas tan sencillas de vos, como una sonrisa, una mirada, despertar a tu lado, darte la mano cuando caminamos, un abrazo corto o largo en cualquier situación, sentir tus labios en mi piel o rozando los míos. 

Desde el día que sentada en el balcón me contaste lo que pasaba, tener que leerlo entre lineas, incrédula de que algo así podía ser verdad. Desde ese día te alojaste en mi mente, sin dejar que pueda transcurrir un segundo sin pensarte. De imaginarte a mi lado en diversas situaciones, soñarte despierta, desearte en silencio, ¡y eso! es algo que aún se mantiene en el tiempo, ja! que irónico siendo que le tengo miedo a la discontinuidad.
Desde ese día donde se sintió esa conexión (hicimos click jaja) supe que esto era algo superior a cualquier cosa que podría haber sentido, y uff esa altura a veces me asusta. 
Siento que a tu lado quiero conocer todo lo inexplorado, quiero verte lograr tus metas, me enamora cada día más tu forma de ser, de ver el mundo, tus ganas de crecer, de superar, de avanzar. Me enamoran también tus tristezas, tus enojos, tu oscuridad, tus demonios. Me enamoran tus modos, tus habilidades, tus capacidades y sabiduría. Me enamora la admiración y respeto que siento al verte ser quien sos. 

Se que puedo vivir sin vos, pero no quiero hacerlo, te necesito conmigo y quiero disfrutar del tiempo que compartamos juntas, así sea mucho o poco, va a ser muy valioso para mi. Y si la vida me sonríe, puede que ambas cumplamos la ilusión de ser esa persona de la que hablamos una vez encontrar. Se me caen las lagrimas de solo pensarlo, me doy permiso de soñar un poco mientras escribo, dibujando en mi mente una vida completa a tu lado. 

Te amo, te amo como nunca antes ame y me siento afortunada de que seas vos quien despierte todo esto en mi. 

Te amo bonita. 

Tu compañera.