okami

Ella era un conejo y yo un lobo que ansiaba probar su sangre, aquella que oía correr por sus venas al apoyar mi oido sobre su pecho, en esas frias noches de invierno que nos unieron en una misma cama, deseando saborear más de aquel sabor metalico que brotaba de mis papilas gustativas y que me era imposible olvidar por semanas.
Por las mañanas se me hacia agua a la boca, pequeñas gotas de saliba caian entre mis colmillos de solo pensar en volver a sentir su sabor nuevamente.
Aquel sabor que anhelo probar día a día. 

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