Hoy detengo este tren.

Parece chiste que aunque pasen los meses aun salgo a la calle con miedo de cruzarla, pensando miles de situaciones, miles de reacciones.. Son tantos los años.. son tantos los recuerdos.. no puedo evitar pensar ¨mierda! me pegaste fuerte pendeja¨.

Era 2011, mi vida en la nueva ciudad no estaba yendo muy bien, estaba a punto de mudarme de departamento, lideando con miles de dramas en casa y sinceramente lo único que quería era pasar la tarde con mi amigo, mi viejo y mi hermano en el shopping. Era invierno, hacia frío llevaba puesto un blaser que jamás volví a probarme, un jeans celeste y mi pañuelo, ese del que era inseparable y que años después le regale.
Iba de camino a encontrarme con mi amigo delante del cine, en el parlante sonaba ¨baby, baby, baby, ohhh¨ odiaba esa canción pero reía al cantar internamente la versión del bananero, que para mi sorpresa mi amigo cantaba en voz alta cuando lo vi. Riendo lo abrace y fue cuando la vi, detrás de él estaba una chica bastante curiosa -por no decir extraña- ella me miro y se presento

-Hola! soy Jhuls.

Con duda exclame ¨Xio¨. Me estaba acostumbrando a presentarme con ese nombre, gracias a que mis compañeros decidieron llamarme por primer nombre.

Tengo recuerdos borrosos de ese día y frases sueltas que aun puedo escuchar en mi cabeza.

-Me gusta eso que te haces en el ojo
-Me encanta tu aro! yo quiero hacerme uno pero no me dejan
-Sos muy petiza para la edad que tenes

Recuerdo haberme frustrado al escuchar su edad y ver que era más alta que yo. Ella tenía 14 y yo 18 y era más alta que yo! 

El día termino, yo me quede con mi familia y despedí a mi amigo y esta chica con la promesa de algún día ir a San Lorenzo. 

Llegue a mi departamento ya muy desanimada, sabía que volvía y tenía que lidiar con la situación en la que vivía. Con mi compañera nos hablabamos poco, muchas cosas habían pasado entre nosotras y la amistad se había agrietado. Lo peor es que no solo lidiaba con este embrollo, también existía una pelea interna que se venía cocinando en mi cabeza, consideraba como opción la idea de que me gustaran personas del mismo sexo, pero evitaba ese pensamiento a diario. 

Intentaba quitarme estas raras ideas de la cabeza, cuando al abrir mi sesión de facebook, la vi. Era una notificación, una solicitud de amistad, la chica que había conocido temprano me había agregado, dubitativa la acepte y en ese mismo instante escribió en mi muro. No recuerdo la conversación, aunque si recuerdo que escribía con emoticones que claro, solo había visto en foros de anime. Como el ser curioso que soy, ingrese a su muro para pispear su vida, era joven, muy joven, pero estaba en una relación con.. una chica. No puedo explicar la sensación que me dio, lo deje pasar y aunque me sentía rara con esos sentimientos nuevos que tenía, los envite completamente.
Meses después volví a verla en una convención, fue rápido, me saludo toco el enorme cascabel que tenía en mi cuello y se fue (Si, tenía un cascabel enorme enganchado a una cadena que rodeaba mi cuello). Esos sentimientos extraños habían vuelto y con la confusión que tenia, lo único que quería era evitarlos. Al volver a casa, mire su muro, seguía saliendo con esta chica, y se veían felices, mordí mi labio y simplemente volví a cerrarme. 

Ya era 2012, había conocido a un chico, creo que dos o tres años menor a mi. Llevábamos un mes de novios y él la volvió a nombrar, la chica que había olvidado, estaba de nuevo en mi mente, pero se esfumo lo más rápido posible, volví a verla en fotos, ella seguía igual.
El año continuo, los meses pasaban, conocía nuevas personas, la facultad iba bastante bien, pero el cariño hacia este chico no crecía, seguía estancado en ¨Es como un amigo al que puedo besar¨.
Inevitablemente luego del mes cinco, decidí terminar con la relación, y algún día de septiembre le dije por mensaje de texto a un pobre chico, que lo único que hacía era entregarse a mi como podía ¨No creo que esto pueda funcionar, me quiero enfocar en la facultad.¨ -Bendito seas mi amado karma- Sean como sean las relaciones siempre duele terminar, el poco cariño que podía ofrecerle, me obligo tiempo después a verlo y finalizar la relación como se debía, me regalo una púa dorada en una cajita que el mismo había armado, y yo solo lo bese en los labios antes de que se subiera al colectivo. 

Era verano, había vuelto a mi ciudad hacía ya mes y medio, febrero estaba muy cerca y yo seguía lastimándome lo más que podía con una vieja y toxica relación, luego de un desafortunado suceso decidí cortar por las malas.
Agitada aun por lo que había pasado, me encerré en mi habitación, puse música y comencé a mirar una nueva red social que se estaba poniendo de moda, su nombre era Ask, y era bastante simple, vos le preguntabas algo a alguien y ese alguien te contestaba. Navegando, buceando, pasando de ask en ask para olvidar lo que me había sucedido, la encontré. Era ella, la chica que había conocido años atrás. Ese día marco un punto final en mi vieja historia, dio vuelta la pagina y comenzó un nuevo capitulo.
Igualmente no es tan fácil, aun tenía dudas con mi sexualidad, pero lo que sentía cada vez que hablábamos era nuevo, me asustaba, pero me gustaba. Pasábamos madrugadas completas hablando, creando extrañas situaciones a partir de un juego de roles, le enviaba todas las señales posibles, no había caso, no podía asegurarme lo que ella sentía. Aun así hacía mucho que no me pasaba y lo estaba disfrutando. La fecha de volver se acercaba, eso quería decir que nos íbamos a ver, pero que debía despedirme nuevamente de mucha gente, hacerlo una vez esta bien, pero dos duele más que la primera. Lamentablemente tenía que hacerlo.
Llego el día, me esperaban dos días arriba de un colectivo, en el cual solo iba a dormir y sentirme mareada. Con la garganta hecha un nido de nudos, la voz quebrada y las lágrimas a punto de salir, me despedí de mis seres queridos. Aun recuerdo la voz del nene que cuidaba mi madre, gritándome.

-Tamadaaaaaaaaa, no te vayas, tamadaaaaaaaa. Mientras trataba de zafarse de los brazos de mi madre.

Esas cosas le rompen el alma a cualquier persona. El colectivo arranco, hizo marcha atrás y comenzó mi viaje de vuelta a la ciudad que momentáneamente me estaba hospedando, dos días de viaje, significan dos días sin señal. Cada vez que tenía avisaba a mi familia donde estaba, y le enviaba un mensaje a ella.

-Señorita, su caballero esta cada vez más cerca.
-Señorita, no tengo señal, la extraño.
-Señorita estoy de vuelta.

Recién llegaba y tenía que acomodarme, limpiar el departamento a fondo, desarmar la valija, ordenar las cosas, bañarme! Dios, bañarme, no son fáciles dos días en un colectivo. De solo pensar que al otro día la veía mi corazón pegaba tal brinco que podía sentir como se salia de su lugar. El día termino y estaba sentada en mi balcón mirando el amanecer mientras tomaba mates con un viejo amigo. No había dormido nada, tenía que volver a limpiar y las horas pasaban. Tic tac, tic tac, tic tac, mi cabeza repetía, que tarde es! que tarde es! ya son más de las tres. Escuchaba al conejo blanco hablar en mi cabeza. Limpie, dormí, me bañe y me cambie. Eran las 15, estaba esperando en la parada de colectivo su llegada, tenía puesto unos lentes estilo aviador espejados, mi remera de flash, un jean negro y el pelo.. mi pelo estaba desordenado, muy corto y aun no lo quería. 
Leí expreso en el colectivo y supe que era ella, había llegado, miraba haciéndome la disimulada, con las manos en los bolsillos, hasta que la vi bajar. Flequillo recto, pelo largo, lentes de pasta violetas y negros, su único hoyuelo marcado y esa sonrisa que se volvió la mía desde ese momento.
Se acerco y me abrazo, era extraño realmente no sabíamos como tratarnos, hasta que finalmente me agarro del brazo, con mi mano libre jugaba nerviosa con el poco pelo de mi nuca, mientras la observaba y le sonreía. 

-Que hacemos?
-Uhmm, no se
-Ehh, vamos a dar una vuelta, te parece?
-Sip

Realmente no recuerdo nada de lo que hablamos en esa vuelta, solo que le ofrecí que fuéramos a mi departamento a tomar mates. El camino se hizo largo hasta que finalmente habíamos llegado, subimos al ascensor, ella se puso en la esquina izquierda del mismo -lugar que se volvería suyo por mucho tiempo- y yo me apoye en la pared derecha mirándola. Entramos a casa, abrí la persiana para que entrara la luz, y puse música, System para ser precisa ¨Why don't you ask the kids...¨, cada vez que cambiaba el tema ella se asustaba, y eso me hacía sonreír. Me tire en mi cama y ella se sentó en suelo cerca de mi cabeza, mi cama era muy baja, estaba al ras del suelo. No estoy segura si hice terere al final, ni tampoco recuerdo la charla que teníamos en esos momentos. La hora se acercaba y ella ya tenía que irse, no se porque razón termine sentada cerca de ella en el suelo, aun así me llene de coraje y me acerque a su rostro. Era algo muy común en nuestras conversaciones, que yo me le acercara para intimidarla y ahora lo hacía realidad. Me acerque peligrosamente a sus labios, mi corazón iba tan rápido que podría jurar que no lo sentía latir. Miles de pensamientos llenaron mi mente en esos segundos y me aleje rápidamente. Me quede de espaldas a ella, mirando el suelo avergonzada. 

-Que pasa?
-No quiero lastimarte, no soy una buena persona.
-No me importa.
-Segura?
-Si

Me di vuelta y me acerque nuevamente, sin pensarlo demasiado la bese y supe en ese mismo instante que no podría parar, esos labios eran el aire que respiraba, esos labios me hacían sonreír como una idiota, esos labios se convertirían en la peor de las drogas, serían mi dulce condena. Estábamos tiradas en el suelo y simplemente no podía dejar de besarla, realmente esos labios me hacían la mujer mas feliz. Algo la hizo reír, por lo visto esos besos no solo me provocaban una sonrisa, sino que además mis orejas tomaban un lindo color rojizo, al decírmelo me reí pero rápidamente me levante y cambie la música.

¨Qué tiene tu veneno 
que me quita la vida sólo con un beso 
y me lleva a la luna 
y me ofrece la droga que todo lo cura 
Dependencia bendita 
invisible cadena que me ata a la vida 
y en momentos oscuros 
palmadita en la espalda y ya estoy más seguro. 
Se me ponen si me besas 
rojitas las orejas..¨

Sonaba Fito Fitipaldis y ese fue el primero de muchos temas que le dedique. Que idiota, era la primera vez que la veía, la primer ¨cita¨ y la muy melosa ya le había dedicado un tema. Y que le hago? Ella me hacía feliz, no la conocía, no sabia su pasado, ni su presente, apenas conocía su nombre, su apellido y su numero, pero eso bastaba para que sea mía. Un mes después, un 28 de abril del 2013, abrazadas, llenas de besos y caricias, luego de mil vueltas, le pedí que fuera mi novia, llorando me dijo que sí y esta historia que parecía ya haber empezado, recién comenzaba, a su vez marcándome a fuego un cronometro en el pecho, el cual iba en cuenta regresiva. Si, esta historia que parece tan linda, tenía fecha de vencimiento. 

Los meses pasaron, los días, las horas, peleas van, peleas vienen, nuevas experiencias, nuevas sensaciones, entregarnos la una a la otra, besos, caricias, cosquillas, un te amo por acá un te amo por allá, enojos, lágrimas, tristeza, sonrisas, charlas, mucho sexo, poco sexo, comidas, eventos, chocolates, regalos, paciencia, mucha paciencia, alcohol, recitales, cigarrillos, llamadas, mensajes, notitas, fotos, miles de ¨Hola hermosa¨ y ¨Adiós hermosa¨ en las paradas de colectivos, viajes, boletos de colectivo, muchos boletos, separaciones, distancia, debilidad, extrañar, soñar, dibujar, llorar, mensajes de voz, carteles, cartas, tarjetas, cosplay, rosas, muchas rosas, collares, anillos, pulceras, aros, muchos aros, salidas, cine, trabajo, sushi, anime, películas, series, agarrar su mano, besar su mejilla, su mano, gui, amor, princesa, reina, corachon, señorita, mi lady, mi vida, mi cielo, mi sol, lobita, gatita, diversión, miedo, alegría, dormir juntas, dormir separadas, miles de buenos días, miles de buenas noches, viajes, 25 de febrero, enfermedad, muerte, soledad, abandono, fuerza, cortar, luchar, rosas, cariño, paciencia, volver, jugar, comer, reír, soledad, tristeza, frialdad, 9 de septiembre del 2015, volver a cortar, promesas.

Hace meses que no hablamos, dentro de cuatro se hace un año, desaparecimos de la vida de la otra, dejamos de existir, y aunque aun sienta algo, ella hoy sale con alguien más y espero sea feliz. 
Yo estoy sola, aunque bien, ocultando mi tristeza con enojo, tapando el cariño que le tengo con un falso odio, aun así sonriendo por la vida que llevo, la gente que todavía tengo y el ahijado que vendrá. Ya pase la barrera de la desesperación, ya me vi con chicas, ya me vi con chicos, ya bese, ya garche, ya llore, ya me emborrache, ya la extrañe, ya la putie, ya la soñé, ya sentí un vacío, ya la necesite, ya encontré fallas, mis fallos, sus fallos, ya lo pensé y ya volví. Y citando a una gran mujer, detengo este tren.

¨Qué loco el desamor, pienso. Como uno puede amar tanto a una persona y después... nada. Chau. Desapareció. Da lo mismo: que esté, que no esté.
Lo peor de no salir más con una persona, es que esa persona sigue su vida sin vos. Se pone de novia con otras personas, se acuesta con ellas, las ama, se ríe, llora, viaja, piensa (quizás) un poco en vos, pero no lo suficiente como para escribirte, para decirte: Hey, vos y yo nos amábamos. ¿Sos feliz? ¿Tenés lunares nuevos? ¿Te lastimó alguien más? ¿Tenés vicios que no conozco? ¿Podríamos mirarnos y entendernos o lo perdimos cuando nos perdimos?.
Lo peor de no salir más con una persona es que esa persona no se muere. Pero lo que tenías con esa persona sí(...)
Lo peor de no salir más con una persona, es que esa persona sigue su vida sin vos. Compartían todo. Hasta lo más ridículo. Y después... nada. Chau. Tal vez más adelante un encuentro incómodo para tener sexo, o quizás en un colectivo de camino a algún lugar. Hola. Hola. (Estás diferente). ¿Qué hacés? Todo bien. ¿Tus cosas? Ahí. (Dormíamos en la misma cama, y no podemos sostener una conversación). ¿La familia bien? (Odiabas a mi familia). Sí, normal. ¿Vos, bien? (¿Estás con alguien?). Si, tranqui, qué sé yo. (Siempre me pareció horrible el sweater que tenés puesto). Bueno. Sí, sí... Nos vemos. Loco cruzarte. (No te reconozco) (...)
No importa cómo haya sido la relación, las separaciones son una mierda. Duelen, sigas enamorada o no. Las drogas y el alcohol te contienen, pero no te pierdas ahí. Te vas a dormir muchas noches sintiendo que tenés el corazón partido. Como si realmente estuviera vivo, latiendo, diciéndote: ¿Qué me hiciste?
Vas a tener citas, las primeras probablemente sean un fiasco. Vas a hablar de tu ex. Te vas a dar cuenta que todavía la tristeza no pasó. Tal vez tengas sexo pronto. Tal vez no. Te vas a sentir extraña tocando otro cuerpo. Te vas a acordar de muchas cosas de la relación, y con los días te las vas a ir olvidando. Te vas a dar cuenta de lo que andaba mal entre ustedes. Vas a notar que ya lo habías visto, y también de que no te había importado. Vas a querer llamar. Vas a borrar su número. Vas a mirar sus cartas. Las vas a tirar. Vas a odiar, vas a angustiarte, el mundo te va a parecer estúpido. Tus amigos te van a decir cosas tontas, como que para el arcoiris hace falta el sol, pero también la lluvia. Te vas a preguntar qué carajo tiene que ver la formación de un arcoiris con el terremoto emocional que te atraviesa. Pero les vas a decir: Gracias por estar. Vas a escuchar canciones deplorables. Tal vez hasta te sientas identificada con la letra de un reggaeton. Ahí vas a asumir: Toqué fondo. Y entonces, vas a mirar para abajo, y te vas a dar cuenta de que no. De que hay otros fondos. De que hay más.
Te vas a poner muy linda, o te vas a poner muy fea. Pero vas a cambiar. Creeme. Tal vez hagas locuras, como comprarte ropa en cantidades que no podés pagar, que no querés usar. Vas a salir mucho. Vas a negarte a salir, mucho también. Vas a decir que el amor es una estafa. Que vos no vas a querer a nadie nunca más. O peor: Que vas a empezar a ponerte de novia con gente que no quieras tanto. Porque no querés sufrir. Vas a saber que te estás mintiendo. Porque te estás curando.
Vas a comer compulsivamente chocolate. Vas a pasar noches sin cenar. Vas a llorar. Cuando te des una ducha. Cuando te levantes. En el colectivo. En el baño del trabajo. Antes de dormir. Durmiendo.
Vas a descubrir que perdonar es la única manera de soltar.
Y una mañana, de verdad, una mañana vas a abrir los ojos y te vas a sentir rara. Te vas a tocar el pecho. Tu corazón va a estar latiendo, tranquilo. Quedate escuchándolo. Está diciendo: Gracias. Ya pasó. Estoy listo, cuando quieras, para que quieras otra vez.¨

Arde la vida - Magalí Tajes.


La ciudad es grande, la ciudad es pequeña, seguro la voy a cruzar, un hola, un chau, una mirada, un gesto, cruzar la calle, reconocernos o simplemente desconocernos. El resto se lo dejo al ¨destino¨ -si es que realmente existe- que él decida si ella sera un punto final, una coma o un punto seguido. Sea como sea, el amor siempre va a estar.

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